El PIT es un programa a término que comenzó a funcionar en la Provincia en el año 2010. Convoca a adolescentes entre 14 y 17 años que abandonaron la escuela secundaria, para finalizar sus estudios. Funciona en algunas instituciones escolares de nivel medio, con el mandato de priorizar las necesidades sociales y educativas de los alumnos y busca privilegiar una atención personalizada y reconocer las materias aprobadas del secundario que trae el alumno; de esta manera, el estudiante no repite curso sino que avanza en el trayecto escolar adeudado.
Ello implica una estructura organizativa y pedagógica diferente: conformación de pequeños grupos de hasta veinte alumnos; reducción de seis a cuatro años del tiempo de cursado; disminución de cinco a tres días de clase semanal obligatoria, y de seis a cuatro horas de clase por jornada escolar.
Asimismo, se crean modalidades de enseñanza alternativas tales como pluricurso, tutorías y talleres de formación laboral. El mandato del Programa prioriza el compromiso social de las instituciones escolares y sus docentes con los sectores excluidos del sistema. Se estimula la construcción de vínculos entre docentes y alumnos, reconociendo el lugar social, respetando individualidades, estéticas y comportamientos para ayudar a generar un sentido de pertenencia de los jóvenes con la escuela.
El Programa se caracteriza por un formato flexible en diferentes planos:
Reconocimiento de las trayectorias previas de los alumnos y régimen de asistencia.
Reorganización de los tiempos escolares.
Convocatorias y designaciones de docentes, condiciones de trabajo y apoyos profesionales.
Nueva forma de organizar la enseñanza, a través de la implementación del pluricurso y los criterios de evaluación y acreditación, entre otros.
En las instituciones, desde los equipos directivos y docentes, el eje está puesto en construir lazos afectivos con los jóvenes, escucharlos, conocer sus situaciones personales y familiares y ser más flexibles en el cumplimiento de normativas de la escuela secundaria regular: convivencia, lenguaje, vestimenta, trato entre sí y con los docentes, uso de celulares, inasistencias, etcétera. El trabajo cotidiano se hace de esta manera más distendido, relajado y amable, lo que es muy valorado por los alumnos y por los docentes en relación con la escuela secundaria común.
Los estudiantes reconocen que el Programa les ofrece una nueva oportunidad para terminar la secundaria, ya que muchos han vivido la experiencia frustrante de “estar haciendo nada”, de conseguir trabajos precarizados o de estar desocupados por no tener certificación de los estudios secundarios. Esto le brinda un plus a la experiencia de reinserción escolar de algunos de ellos.
El PIT 14-17 del IPEM 288 José Hernández, funciona desde el 2010, y han transitado por sus aulas más de